Quiero ser político

Este verano quería ser Sara Carbonero, como muchas españolas; quería un beso así, espontáneo, valiente, mundialmente famoso, ante millones de espectadores .
Reconozco que durante mi vida he querido ser de vez en cuando diferentes personajes: Meg Ryan, Juanita, la escritora de "Tras el corazón verde", o Angelina Jolie, todos sabéis por qué. Pero ahora no quiero ser artista, no persigo un sueño tan idílico, ahora quiero ser . . . político.
Me da igual de la Administración territorial que sea, pero quiero coche con chófer, así no tendré que buscar aparcamiento, pagar garajes carísimos ni poner gasolina, lo hará mi chófer, que sí sabrá lo que vale, tendré parking vip en todas las ciudades. Tendré gabinetes de asesores que se ocupen de  arreglar mis asuntos y los de mi país, tendré gabinetes de prensa, de seguridad, de médicos . . .
No tendré problemas con los bancos; ni los pisaré ano ser que me inviten a alguna conferencia .
Procuraré hacerme oir y llegar a ministro, así tendré mi sueldo íntegro de por vida, aunque me jubile a los 50, y nadie me lo bajará.
La crisis será esa palabra que sólo emplearé para hablar de los demás y no la sufriré en mis carnes.
  Sí, mamá, quiero ser político.