La distancia es extraña, es subjetiva. Estás lejos, te siento lejos, te echo de menos. Daría lo que fuera por estar cerca de ti, aunque fueran cinco minutos. Cerrar los ojos y saber que estás ahí, dándome la mano, abrazándome. Además de ello, lo mejor es que al abrirlos y al descubrir que realmente no estás, no me siento vacía. Porque la magia aún dura. Porque en mi corazón, en cada latido, te recuerdo.
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