lunes, 12 de diciembre de 2011


Se decía que la vida es ir encontrando gente, personas que incorporamos a la existencia. Aportamos deseo y energía. Nos gustaría que nos acompañaran siempre, que estuvieran a nuestro lado. Poco a poco,se impone la pérdida. Aquellas presencias se borran de nuestro panorama vital. Algunas se van sin quererlo, cuando la muerte se las lleva. Otras se van porque deciden dejarnos. A veces, parten si nosotros las echamos, desterrándolas. Cada persona que nos ha importado es como una estación de tren. Querríamos quedarnos, abandonar el camino, pero la vida nos impone una rueda absurda.

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